Los libros son espejos; Se ve en ellos lo que uno ya lleva dentro.

martes, 15 de noviembre de 2011

Cambio


Y ahí estaba, esperándome, en el sitio de siempre, aguardando mi llegada, anhelante.
Mirada baja,-el suelo brilla-, observo, pensando que el momento tardaría más aun en llegar, las pisadas suenan, parecen un compás, pero sigo avanzando, más lenta, alargando un segundo el instante que pronto iba a llegar.

Alzo la vista, de reojo, tan solo un momento, pero ya no estaba, no había nada, desapareció.
Una mueca, media sonrisa aparece en mi rostro, como un susurro entre el ruido,  una luz en las tinieblas… tímida, escondida…

¿Por qué huyó? ¿A caso fue una huida? ¿O tal vez se desvaneció?
No sé, solo sé que desapareció; lo vi y se esfumó, cual llama en el vacío.

Quizá no fue más que una vaga ilusión, miedo, temor, desconfianza, pavor, que hicieron ver lo vacio.

Quizá nunca estuvo.

Quizá no existió.

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