Y estoy segura de que volveré a caer, dicen que un hombre no tropieza dos veces con la misma piedra... Pero cuando esa piedra se multiplica y se sitúa a tu alrededor pensar eso es en vano... por mucho que la quieras esquivar, estan ahí, y antes o después volverás a tropezarte con alguna de ellas.
Evitarla es tan solo intentar cerrar los ojos e imaginar que no existen, que estas frente a un camino de baldosas amarillas en busca de un final feliz, en el que en el transcurso te cruzas con un hombre de hojalata sin corazón, un león sin valor o un espantapájaros sin cerebro, a los que intentas ayudar y guiarlos contigo hacia ese final feliz quizá ficticio en el que, sin quererlo vuelves a tropezar con una piedra y te despiertas en tu cama y te das cuenta de que todo ha sido un sueño, y cierras los ojos de nuevo, para volver a soñar;
Porque en la vida real, los sueños sí terminan. Somos el cuento de Cenicienta sin terminar.
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